La parábola de la semilla y la tierra (Mr 4) nos enseña que cuando la semilla cae en buena tierra, produce mucho fruto. La unión de la buena semilla con la buena tierra resulta en una espiral de bendiciones: el fruto protege la semilla, nutre la tierra y asegura un ciclo de vida continuo. En Gálatas 5:22-23 , se nos presenta el fruto del Espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Aunque hay debates sobre si el fruto es el amor y todo lo demás son cualidades de él o si cada una es un fruto en sí mismo, yo prefiero pensar en un fruto único, como una naranja que tiene en su interior diferentes vitaminas y minerales. Pero cabe aclarar que ambas interpretaciones son válidas. Descubramos el Amor a Través del Gozo Empecemos con la primera cualidad del fruto del Espíritu: el gozo . A simple vista, podríamos pensar que se trata de estar súper contentos, y eso es cierto en alguna medida, pero hay más. La Biblia menciona la al...