Después de hablar sobre la tierra (nuestro corazón) y las semillas (nuestro potencial), nos toca avanzar para hablar sobre el fruto que se produce al limpiar la tierra y sembrar las semillas que escogimos. El tema está padrísimo porque, así como en la siembra, en la esfera espiritual también hay un fruto: el amor.
El Amor: El Fruto del Espíritu
El amor tiene el poder de cambiar todo lo que toca para bien y transforma nuestra manera de ver "la realidad", mostrándonos un mundo más amable. Por eso, explorarlo a fondo es una gran idea.
Aunque es complicado describirlo, podemos pensar en el amor como la corriente de un río que se renueva constantemente y produce vida. Podemos caminar junto a él y sentir su efecto, pero para vivir bajo su influencia, necesitamos meternos a ese río y seguir su corriente, no conformarnos con simplemente mojarnos los pies o tomar un vaso de su agua.
Dios es Amor
La Biblia dice que Dios es amor, no es algo que Él tiene, sino parte de quién es. Por eso, el fruto del espíritu es la fuente de nuestra fuerza (Nehemías 8:10) y donde encontramos el poder para desarrollarnos.
Vivir una Vida Espiritual
Vivir una vida espiritual según la Biblia implica escoger el fruto del espíritu, es decir, amar. Nosotros no producimos el amor, pero podemos preferirlo, reproducirlo y practicarlo. La carta a los Gálatas dice que podemos elegir entre vivir según los impulsos naturales o dejar que el Espíritu nos guíe ¿cómo? te explico…
Impulsos Naturales vs. Guiados por el Espíritu
Los impulsos naturales son como comer muchos carbohidratos refinados, azúcar, harina… ya sabes. Eso causa que nuestro cuerpo quiera comer más, pero curiosamente no se nos antojan las manzanas o los ejotes, sino más donas y papitas fritas. En ese sentido los impulsos naturales podrían ser: Tratar de tener siempre la razón, discusiones, envidia… y una vez que empezamos no paramos, creando un ambiente pesado que restringe nuestra libertad. En cambio, al dejar que el Espíritu nos guíe, creamos un ambiente de libertad (2 Corintios 3:17), ya que no hay ley en contra del espíritu (Gálatas 5:23).
La fe se expresa por medio del amor, y el amor es una expresión de la libertad.
El Amor según 1 Corintios 13
El fruto del Espíritu es el amor y tiene varias cualidades que vale la pena analizar, lo que haremos la próxima semana. Por lo pronto, hoy podemos hablar de la muy famosa descripción del amor que hace Pablo en 1 Corintios 13:
Pablo dice que podemos tener logros increíbles, conectar con mucha gente, hablar su idioma y ¡Hasta el de los ángeles! también podríamos entender misterios profundos y hacer grandes sacrificios, pero si no amamos, solo somos como un ruido muy molesto. Nada vale la pena sin amor. Después describe al amor así:
- El amor no se presta al mal, ni lo reproduce, siempre busca el bien del otro.
- No tiene envidia, respeta tu ritmo, tu tiempo y te acompaña.
- No te ofende ni lleva un registro de tus errores.
- El amor no te traiciona y siempre te cree.
- No se alegra cuando ve una injusticia y nunca se da por vencido.
- No abandona ni critica y se mantiene firme en cualquier circunstancia.
- El amor no se destruye y nunca deja de existir.
Pablo termina diciendo que hay tres cosas que durarán para siempre: la fe, la esperanza y el amor. La mayor de las tres es el amor. Es precioso, ¿no?
Recuerda que cuando escogemos amar, nos metemos a la corriente de su río y de paso, regamos nuestras semillas.
Abrazos
Comentarios
Publicar un comentario