¿Has notado que cuando estiras mucho una liga y la sueltas se tarda en regresar a su forma?
Pasa lo mismo cuando atravesamos un proceso difícil, ¡nos sentimos como ligas muy estiradas!
Es como si lucháramos para regresar a aguas más tranquilas después de una tormenta...pero resulta ser que estamos cansados. Al empezar en una temporada complicada tenemos la energía para luchar, empujar y sostener y, de pronto, cuando termina estamos desgastados; lo más curioso es que a veces no nos damos ni cuenta, pensamos que todo lo que necesitábamos era que la tormenta terminara y cuando al fin lo hace nos deja todo mojado.
Hay un tiempo después de las batallas en el que tenemos que consolidar lo que ganamos, lo que aprendimos y las herramientas que obtuvimos. Esta segunda etapa en el camino se gana con paciencia y soltando lo que nos detiene como querer que las cosas sigan igual y la realidad es que cambiaron, pero nuestro valor, a pesar de lo que podamos sentir, aumentó. No podemos seguir caminando como si nada hubiera pasado, justo como cuando nos bajamos de un juego de esos que dan muchas vueltas, necesitamos parar y aminorar el paso para absorber todo lo bueno y no quedarnos sólo con lo malo; o sea, quedarnos con la diversión y dejar atrás el mareo.
Se me ocurren muchos ejemplos pero el que más me gusta es cuando intentamos aprender algo nuevo. De pronto, ¡nuestro cerebro se satura por tanta información! Esa información permanece en nuestra memoria de trabajo que es momentánea, pero no se consolida y pasa a ser parte de nuestra memoria de largo plazo hasta que dormimos. ¡Sí, cuando descansamos nuestro cerebro pone en orden la información y crea una especie de biblioteca a la que podremos recurrir por siempre! Eso es muy bueno, ¿no crees? Quiero subrayar que eso tan increíble no pasa si no descansamos. Por eso es mucho mejor repasar la información y dormir que pasar toda una noche en vela tratando de entender algo, porque nuestro cerebro hará todo el trabajo en la noche y a la mañana siguiente nos es mucho más fácil comprender, ¿ya me vas captando la idea? Lo que no entiendo es ¿por qué nadie me dijo eso cuando era estudiante?
Cuando atravesamos tiempos difíciles, y éstos pasan, nuestra normalidad cambia, nada es igual y no vuelve a ser como antes. De hecho, no debería porque nosotros cambiamos y no somos los mismos cuando salimos de una temporada difícil; es tiempo de consolidar lo que ganamos, por eso nos sentimos como mareados, ¡todavía hay trabajo por hacer!
Esta palabra, consolidar, en la Biblia quiere decir confirmar, afirmar y fortalecer, y se usa, por ejemplo, cuando restauran el templo de Dios, ¡literalmente lo fortalecieron! También cuando nombran a líderes como Josué o David que, al estar al frente de todo el pueblo en una misión especial, son fortalecidos o consolidados. Y se aplica a nosotros cuando tenemos un aprendizaje profundo que queremos aprovechar y hacer fuerte para poder practicarlo.
Mira lo que le dice un amigo a Job (Job 11): Si preparas tu corazón, volteas a ver a Dios y dejas de lamentarte del camino en el que te equivocaste, olvidarás tu sufrimiento y lo verás como aguas que ya pasaron, la oscuridad brillará como la mañana y tu vida será tan radiante como el mediodía. La esperanza te dará valor y te sentirás seguro.
Amo esa frase: “verás esto como aguas que ya pasaron”; pero quiero insistir en que las tormentas, cuando pasan, dejan un trabajo por hacer. Todo lo que estaba flojo o inestable se cae, todo lo que tiene fracturas se vuelve gotera, y hay un tiempo para estabilizarnos de nuevo, para consolidar, o como dirían en mi pueblo: pa' que amarre.
Según el amigo de Job, la fórmula es dejar de lamentarnos por lo que pensamos que hicimos mal y poner nuestro camino en las manos de Dios que siempre está al pendiente de nosotros, y en medio de las tormentas nos lleva a buen puerto.
No es que las flores vayan a aparecer en automático cuando pasan las aguas, pero seguro van a salir y serán más bellas. Esto toma tiempo y nos toca respetarlo, ser sensibles con nosotros mismos y cuidarnos, porque los procesos nos enseñan y nos dan algo que la magia no puede, hay algo en el café molido que el instantáneo no tiene.
Las flores van a salir, ten paciencia.
Val Morales
Te dejo un video para seguir platicando:
Qué buena ubicada! 👍
ResponderBorrarNos desgasta dar vueltas como trompo sin resolver nada, pero dejar que Dios ordene todo al toque, con tan sólo el aliento de su Palabra, es como Aceite restaurador! 😘👌
Gracias!!!
BorrarNada como esperar en el Señor, no siempre lo logramos pero es la fórmula perfecta, gracias por recordarlo
ResponderBorrarGracias a ti!
BorrarPaciencia+Fé
ResponderBorrarEsa es una gran combinación ❤️
BorrarA veces en medio de la tormenta, o el aprendizaje intensivo, es difícil ver hacia adelante y saber que todo se aprovecha para ayudarnos a crecer. Que saldrán flores y serán definitivamente mas bellas. Gracias por el recordatorio!
ResponderBorrarEs cierto, a veces sentimos que vamos como a ciegas ¡Gracias por leer y comentar!
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