¿Alguna vez has pensado en por qué somos los primeros en descalificarnos a nosotros mismos? Deberíamos ser nuestro fan número uno ¿no crees? Para nada quiero decir que nos volvamos egocéntricos, sino que dejemos de descalificarnos, porque perdemos mucho al juzgarnos y compararnos con otros y al adoptar parámetros equivocados que quién sabe de dónde sacamos.
¿Con qué o con quién te estás midiendo?
En las comparaciones salimos perdiendo, porque medimos lo que pensamos que es lo peorcito de nosotros contra lo mejorcito de alguien más. Tal vez en nuestra mente hay una expectativa familiar o algún otro parámetro con el que crecimos y sencillamente no nos sentimos suficientes. A la larga, llenar nuestras expectativas irreales (o las de alguien más) es un asunto que nos lastima y nos incapacita, totalmente diferente a tener objetivos reales y sanos que podemos cumplir y que nos motivan.
¿Has notado que es mucho más fácil avanzar cuando no nos sobreexigimos y disfrutamos lo que hacemos? Cuando nos centramos en nuestros defectos y carencias, vivimos en las calles de la escasez y ahí nada fluye.
La crítica y la falta de agradecimiento son un freno que pone límites muy estrechos y no deja que se desarrolle precisamente eso que estamos criticando; es parecido a poner un árbol en una maceta chiquitita, te pongo un ejemplo: No podemos esperar que una relación (la que escojas) crezca si imponemos nuestra forma de ver las cosas sin escuchar al otro, y lo criticamos constantemente. Esa relación está destinada a no alcanzar su potencial. Imagina ahora lo mucho que frenamos nuestro propio desarrollo descalificándonos y manteniendo un diálogo negativo hacia dentro. Amarnos nosotros (y a otros) al mismo nivel significa no hacer comparaciones injustas hacia ninguna de las partes 💖.
Salomón dice que con amor y verdad se corrigen las equivocaciones (Prov 16:6). No quiere decir que nos hagamos de la vista gorda cuando repetidamente estamos haciendo algo que nos daña, pero sí que la única manera de corregir un error es con amor. No olvidemos que amarnos es un mandato; criticarnos, no.
Te platico como ejemplo (o para sacarlo de mi ronco pecho) que tengo dislexia, pero no lo supe hasta que estaba estudiando un posgrado, por lo que podrás imaginar que durante toda mi vida como estudiante pensé que era medio rara (sí, sí soy, pero ahora creo que eso es algo bueno ☺). Sentía que que mi cerebro veía todo al revés (aún lo hace), pero cuando me enteré de que tenía dislexia pude conectar los puntos y relajarme un poquito. Yo luchaba por tratar de ver e interpretar al mundo como lo hacían los demás porque pensaba que eso era lo normal, a veces tuve éxito y otras no tanto. Paradójicamente, mi mundo al revés me hizo adquirir herramientas al querer compensarlo: desarrollé un pensamiento paralelo, conocimiento de mi manera de aprender, métodos de estudio, además de hacerme luchona y persistente 💪.
¿Cuales son las cosas que tú ves al revés?
No podemos cambiar las circunstancias pero sí el significado que les damos. Las circunstancias son escalones que nos sirven para salir de zonas muy bajas. A veces, la escalera representa el esfuerzo que hacemos por salir de un hoyo. No creo que negar el hoyo sea la solución, pero sí soy partidaria de salir mejor de lo que entramos.
Está bien amarte y mostrarte con todo lo que eres, con debilidades y fortalezas, con claros y obscuros...¡Muéstrate! porque ocultarte es una pérdida para todos. Mostrarte, atreverte, y sobre todo valorarte, es el primer paso para decirte que está bien amarte y saber que Dios no se equivocó cuando decidió hacerlo primero.
Eres suficiente y no te has dado cuenta, no lo habías hecho cuando pensaste que fracasabas porque te rompiste en pedazos mil veces y pensaste que se trataba de algo que estaba chueco en ti, cuando en realidad estabas construyendo lo que eres hoy.
Si la crítica es constructiva, por definición tendría que ayudarnos a construir y agregar valor y no restarlo. La Biblia dice que no dejemos que lo malo nos gane, sino que ganemos nosotros con la fuerza contraria (Rom 12:21). Qué tal si le hacemos caso y hacemos la prueba... cuando te des cuenta de que te estás descalificando cambia tu discurso y échate una porra; eres un ser increíble y vale la pena invertir en ti, créelo. Es un buen ejercicio empezar a agregarnos valor a nosotros mismos y a los que nos rodean cuando hablamos, ¿no crees? Que sea la norma y no la excepción 🔆
Finalmente, si Dios que es perfecto se atrevió a amarte... ¿te atreves a hacerlo tú también?
Te dejo un abrazo con palmada en el hombro.
Val Morales
Disfruta el video 💕
Comentarios
Publicar un comentario