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Emanuel: La Luz de la Navidad

 







Un nacimiento siempre nos lleva a pensar en un ciclo nuevo que se va desarrollando hasta madurar y ser pleno. La palabra nacimiento que se usa en el Nuevo Testamento, viene del griego “Génesis”, que quiere decir principio. Cómo no acordarnos entonces de aquel principio cuando la tierra estaba desordenada y vacía y Dios simplemente dejó ser a la luz (Gn1:3), y cuando todo estuvo iluminado empezó a poner cada cosa en su lugar y a quitar el vacío. Jesús explicó que él es la luz (Jn 8:12), y al seguirlo nadie tiene por qué caminar a oscuras o solo.

Siempre he pensado que la navidad es la forma de Dios de decirnos: voy a ir a acompañarte mientras maduras, para poder explicarte que lo que yo quiero es estar contigo y que seas libre y que no hay necesidad de que estemos separados. Por eso, el nombre de Jesús en la profecía (Is 7:14) es Emanuel, que quiere decir Dios con nosotros. En la Biblia, cuando se une el nombre de Dios con alguna de sus cualidades (como en este caso, “con nosotros”), es como si este atributo cobrara vida, como si literalmente le pusiéramos una pila enorme. Hay muchos ejemplos en el Antiguo Testamento en los que Dios se relaciona con alguien enseñándole algún aspecto de su naturaleza. Aquí, Dios está enfatizando que es cercano.

Todo esto nos sirve como antecedente para comprender que con el nacimiento de Jesús, lo que Dios quiere enseñarnos de él mismo es que no está lejos,  que nos ama y le gusta estar con nosotros. La navidad nos da la oportunidad de celebrar por eso, porque tenemos el acceso a una vida espiritual, a un mundo más grande, a un panorama mucho más amplio del que teníamos y podemos decir: Dios está interesado en mí, está siempre cerca y ya no tengo que caminar a oscuras (que por cierto es malísimo para los dedos del pie), además ya no me siento solo.

Así como en un nuevo principio, nuestra navidad necesita tiempo y constancia, porque es bueno madurar y dejar que Dios nos ilumine y ponga orden en donde se necesite, para que lo que está vacío o medio en caos en nuestra tierra (vida) se arregle y se vuelva un jardín. Vale la pena tener la paciencia de ver crecer y madurar este jardín que es tu corazón y el mío, de la mano de Emanuel.

Por cierto, siguiendo con la misma línea, ¿sabes lo que quiere decir el nombre de Jesús? Significa Dios es libertad. Pero eso lo platicamos en otra entrada…

¡Feliz Navidad!

Abrazos,

Val Morales




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