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El Corazón es Tierra Fértil: Preparando el Terreno



En la Biblia los jardines, huertos y árboles son todo un tema y los encontramos por todas partes, de hecho podemos verlos desde los primeros capítulos en el jardín del Edén, que por cierto quiere decir: Lugar placentero y delicioso y curiosamente es en donde Dios quiere que viva el hombre. También los encontramos en las descripciones que dicen que Dios quiere que seamos como un huerto bien regado (Is 58:11) o como árboles que están plantados junto a un río (Sal 1:3/ Jer 17:8)Todo esto nos da la idea de un lugar que depende del agua, el sol y el aire para vivir. Como nosotros dependemos de Dios y de lo bien que nos hace estar rodeados de todo lo bueno.

Las referencias a los jardines se dan en otras partes de la Biblia para metafóricamente referirse a nuestro corazón, que se compara con la tierra (de la que está hecho por cierto Gn2:7) y que dependiendo de lo fértil que sea, servirá para que una semilla pueda germinar y dar frutos (Mt 13:37). Ya sabemos que no toda la tierra sirve para la siembra, hay lugares que dejaron de ser fértiles o que nunca lo han sido, cosa que curiosamente pasa también con el corazón, ya que deja de ser fértil por las mismas razones que la tierra ¿comparamos algunas?

Por ejemplo:

  • La tierra deja de ser fértil cuando no descansa, es decir que se agota si la sembramos sin parar.  Igual que nosotros cuando no paramos de trabajar ¿no? El descanso es un tema súper importante en la Biblia y que hay que tomar muy enserio, pero a veces no lo hacemos porque sentimos que dejamos de ser productivos si descansamos, aunque la verdad es al revés, somos mucho más eficientes cuando tomamos el tiempo que necesitamos para descansar y hacer actividades que disfrutamos, recuerda que la vida se trata de vivirla.

  • La tierra necesita nutrientes diferentes que no se dan si siempre sembramos lo mismo, o sea, que hay que variar las siembras para que sea más fértil. Podemos comparar eso en nuestro caso cuando nos mantenemos pensando siempre lo mismo sin ver otras opciones, al encerrarnos en una manera obstinada de pensar no conseguimos enriquecernos, porque cuando pensamos que lo sabemos todo, es todo lo que vamos a saber. Es muy sabio estar dispuestos a cambiar nuestros paradigmas y hacernos flexibles, o sea, dejar que nuestra forma de pensar cambie para que no se desnutra (Rom 12:1).

  • La tierra puede dañarse por el uso de químicos como abonos sintéticos o pesticidas. Hay cosas que pueden parecer muy buenas, pero a la larga terminan dañándonos, podemos comparar esto cuando abusamos de las cargas emocionales, ayudar a otros descuidándonos por ejemplo, o cuando acumulamos críticas o deudas pasadas (resentimientos) terminamos dañando todo el sistema, cosa que nos lleva al siguiente punto...

  • La tierra se estresa cuando cambia su ecosistema, cosa que puede pasar por contaminación o cambios no naturales en el clima. Esto es como el resultado de todo lo anterior ¿no? Es muy complicado para nosotros tratar de vivir en un ecosistema al que no pertenecemos, de hecho físicamente es imposible, como tratar de respirar bajo el agua,  y emocionalmente es una locura intentar adaptarnos a un ambiente para el que no estamos diseñados,  como el odio, la crítica, el menosprecio o la tensión continua y terminamos muy estresados. 

Bueno y ¿cómo nos podemos recuperar?

Conéctate con tu ecosistema, estás hecho para vivir en un clima de amor (pronto exploraremos más ese tema), no en uno hostil, podemos empezar por negarnos a fluir con la corriente y criticarlo todo, incluyéndonos a nosotros. 

No guardes deudas pasadas, limpia tu terreno para que tu tierra sea fértil, quita las piedras que te estorban, te pesan (Hb 12:1) y no dejan que tu potencial se desarrolle. Perdona, escoge tus batallas, no te enganches en discusiones inútiles, suelta el control y eso sí, pon límites sanos. 

Practica tener una disposición para aprender, eso es a lo que la Biblia llama humildad (Sal 45:4) y es increíble cuando la practicamos,  porque el que está dispuesto a aprender siempre tiene su terreno preparado para nuevas semillas. 

Descansa, ten tiempo para ti, para hacer lo que te gusta, para leer o dormir, ten tiempo para estar quieto y reflexionar (Ec 4:6) recuerda que todo lo bueno se consolida (se vuelve nuestro) cuando descansamos

¡Abrazos!

Val Morales

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